EL RELOJ DE LA VIDA...
Al nacer, está claro que ya tenemos fecha de caducidad, osea, el día de la muerte; todos y cada uno de nosotros deseamos que ese día esté lejos, pero la realidad es que no es así, el día final de cada persona está escrito en el mismo día que nace.
La mayoría de las personas, nos pasamos la vida acumulando riquezas, trabajando de sol a sol ( algunos) y ni siquiera disfrutamos de las cosas que la naturaleza nos da gratis. A los hijos, la mayor parte del tiempo lo tenemos en el colegio, a la pareja en el trabajo, la casa en la mayoría del tiempo permanece sola, y así, todas aquellas cosas importantes, sin darnos cuenta, las dejamos de lado.
Cuando nace un bebe, se hace una fiesta, es todo alegría, se reparten regalos, notificaciones, cuando debería ser al revés, ya que cuando nacemos lo único que nos espera en este mundo es un valle de lágrimas; al nacer ya sufrimos en el parto, lo primero que hace la comadrona es pegarte una palmada en el culo para que tomes oxigeno y vivas, y a partir de ahí todo va ser un camino de risas y lloros.
Al morir, la mayoría de las veces sucede después de un gran dolor, casi siempre por enfermedad, dejamos este mundo y nuestra alma se va a saber donde y lo que le espera; los amigos y familia lloran tu muerte, o tal vez lloran porque ya no podrán verte o abusar de tu buena fe, cuando en realidad lo que deberíamos es alegrarnos, ya que esa persona no va sufrir mas, al menos su cuerpo; tanto luchar en la vida para que al dar el último suspiro, te meten en un sudario y de ahí a tu última morada, eso si, si eres de los que tienes dinero, te pondrán una esquela en la prensa, te harán unos cuantas misas de funeral y, hasta pondrá luto por ti.
En definitiva, ganar mucho dinero en esta vida, solo vale para tener un buen entierro, yo me pregunto ¿ después de muerto que narices nos importa todo eso? ah si, hay que quedar bien con la sociedad.
Yo soy de los que pienso que, hay que trabajar lo justo para poder comer y vivir, no acumular riquezas ( al morir las disfrutan otros), pero sobre todo disfrutar de la belleza de la vida, que casi siempre es gratis y no sabemos aprovecharla.
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